domingo, 12 de junio de 2011

Confite de demencia

El sofá cómplice de la muerte de una mente,
un labio víctima de la somnolencia; cuidadoso del deseo:
¡¿despertar?!
acomódate, vomita el alcohol y vuelvelo a beber,
¡fuma por el ano y no te arrepientas después!
Señores, las almas están juzgando en su silencio,
y cuando la muerte nos cante su sentencia...
la verdad; ya seremos víctima de la demencia.

Escápate en tu bote-billetera decorada con dólares chilenos,
podridos, por cierto, endeudados, de lamentos.
escucha la cursi poesía de un jóven prisionero en su cuezco,
y acompáñale en su arte demencial escondido detrás de una intención sexual,
algo que cerca está de lo existencial, acorralado entre genitales extraterrestres,
seres inocuos, realidades ambiguas.
conclusión homogénea... corazón de cerebro partido por la mitad...
Y en este caso, el fin siempre ha escapado del final.

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