sábado, 14 de mayo de 2011

El momento que se dibujó recién es cuando hubiera deseado que aterrizara mi nave voladora y poder haberme escapado cerca de Nadie.
Esconder todos los sucesos paranormales con ciencia barata es inconscientemente involuntario, a paso suelto y voz titubeante muérdagos espinosos rodean mi puerta lejana de los otros.
Aquí comienzan a teñir mis lágrimas con dolor y sabores irreconocibles para el insensible. Lamentos desesperados y bulliciosos se escapan entre los espacios de cada granito de arena púrpura y árida en su radio ligero y pisoteado por los bañistas desesperados por agua salada.
Cien pedazos para formar el cuadro bañado y reflejado de estereotipos sucios y locura prominente. Nos dimos cuenta con el color negro que no, no debemos aguantar el llanto.

Por lo tanto aquí estamos...
                                                                           ...ahogándonos en él.

No hay comentarios:

Publicar un comentario