Algo de misantropía le eché a mi sopa,
caracoles y letras se escapan,
siendo revueltos con mi bote metálico,
y la lejanía de mi yo en bacteria,
que se escapa de letra en letra.
Y le canto al orejudo,
y le saludo y le despido,
y sigo misántropo,
y voy maloliente entre dos columpios ocupados,
pero sin ser balanceados.
y denuevo, me siento misántropo,
y muero... misántropo.
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